
-No- respondió la jovén sollozando.
-¿Entonces cuál es tu deseo?- consultó la rana un poco asombrada pero manteniendo su melodiosa voz.
-Deseo dejar ser humana, y ayudar a jóvenes que se sienten tan tristes como yo- respondió la chiquilla con un brillo en los ojos.
-Entonces ya se lo que te puedo ofrecer... Eres muy valiente al haber venido a este bosque oscuro por ti sola. Eso habla de la seguridad que posees en tí misma sin siquiera saberlo- dijo la rana con admiración.
Pasaron unos segundos y una luz brillante envolvió el arroyo, hasta el punto que la joven no podía ver ni su propia sombra. En tan solo un instante dos alas nacieron de su espalda, dos pequeñas y delicadas alas, con las cuales surgió un sentimiento de fortaleza sin igual en ella. La rana le explicó que la había convertido en hada y que su misión era ayudar a jóvenes (como ella lo había solicitado) a desarrollar confianza y autoestima. Cada vez que ayudara a alguien, sus alas crecerían un poco más, y esto le permitiría alcanzar alturas más elevadas y llegar a distancias más lejanas. Ella aceptó, feliz de tener un nuevo propósito, y la rana se alejó deseándole la mejor de las suertes.
Desde entonces el hada de la autoconfianza busca persuadir jóvenes inseguras, mostrándoles que la valentía ya habita en ellas y que solo hace falta creer en que ésto es posible para que se vuelva realidad.