sábado, 20 de agosto de 2022

Una cita conmigo

Tuve una cita entre letras, donde una mente desconocida y la mía se encuentran de vez en cuando. Sin embargo tengo la extraña sensación de estar en la búsqueda de algo más, sin nisiquiera saber qué es. Leer libros me hace sentir que tengo una cita conmigo y con ese algo más. Ese es motor suficiente para continuar esta búsqueda interior.

Quiero salir a respirar el aire fresco de la creatividad en cada hoja de los árboles. Me encantaría encontrarme con algo más. Tal vez sea el deseo de encontrarme con mi reflejo creativo algun día. 

Es solo a través de la imaginación que puedo saciar mis útopicos deseos humanos. El ego a veces pide demasiado y nada parece complacerle, nunca es suficiente.

Tengo una cita conmigo diariamente, para escucharme y amarme tiernamente entre caricias, movimientos de yoga, escritura y lecturas desafiantes. Me comunico en inglés y en español para complacer varios aspectos de mi personalidad, pero también disfruto del silencio nocturno, de la luna y las estrellas, al igual que del calor del sol y el aire fresco de la naturaleza.

Con deseos de volar alto, y sin presiones, sigo buscando algo más, sigo escribiendo y llenando espacios vacíos con letras.



lunes, 1 de agosto de 2022

Alma, yoga y un lenguaje desconocido

Mis palmas en contacto con el tapete de yoga lo transmitían todo. El sutil roce de mi piel y la ropa acariciaba mi alma mediante un suspiro profundo. Todo se hallaba en silencio, tan solo podía escuchar el sutil sonido de mi propia respiración. El todo y la nada. La represión y las ganas. 

Eran esos instantes los que me reconectaban con el sentido más profundo de mi existencia. Esos instantes que lo explicaban todo por medio de cada inhalación y exhalación. Solo entonces desaparecían las expectativas y la dependencia a un "mejor" futuro.

El camino recorrido había tenido sentido hasta ahora, así que en ese instante logré confiar en la vida. Y mientras movía mi cuerpo de una posición a otra, no podía evitar sentirme conectada con una fuerza interior que no hablaba con palabras.

Era un extraño lenguaje que percibía como el cálido abrazo de un alma vieja. Una sensación de presencia, quietud, y nostalgia, me embriagaba el alma. 

Yo solo continuaba respirando profundo, sintiendo mi propia naturaleza, mis niveles de energía y todo lo que soy a nivel físico, mental, emocional, y un tanto espiritual. Tratando de indagar en algo que tal vez es imposible desmarañar a través de la lógica.

Me relajo, sigo el ritmo de cada secuencia yoguica y fluyo como el río, pensamientos van y vienen, el agua no se detiene.